No hay nada mejor que levantarse al lado de la mujer amada y que encima la polla la tengas empalmada. Eso sí que es un buen despertar. Ponerla a cuatro patas y darle bien fuerte y escucharla chillar de placer y luego lo mismo pero tumbada boca abajo en la cama, mordiendo almohada. Después comerle el coñito un rato y terminar corriéndome en su boquita, mmmmm…
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