Parece un puberte, pero no lo es. Es un bato que ya pisa los 25 años y que nunca había tenido relaciones con una mujer, por miedoso o porque no le había salido la oportunidad ante lo tímido que es con las mujeres. Así que un buen día sus cuates juntaron una lana y le organizaron una sesión de sexo con una puta que contrataron y que se le llevaron a un hotel. El morro al principio no quería, por temor a no saber hacerlo bien y cuál va siendo la sorpresa para los cuates que le grabaron un video de cómo actuaba y lo hizo muy bien, tanto que el pendejo nomás quería estar montando en la puta, metiéndole su verga por el ano, de tantas ganas que traía de sentir lo que era penetrar a una hembra. ¡Ah, pendejo huerco!
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