¡Pinches viejas, todas son iguales de provocadoras, pero qué buenas están! Digo esto porque cada vez que voy a la playa solo, me encuentro con algún grupo de amigas que empiezan a hacer de las suyas. La última vez un grupito de viejas me veía y se reía, hasta que de pronto una de ellas abre sus piernas y, mirándome sensualmente, empieza a moverse la parte de abajo del bikini para luego meterse los dedos e irse masturbando. ¡Ay, güey, yo nomás veía! pero qué calentada me dio la cabrona, porque me dejó verle su clictoris y más allááá…
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